dimarts, 21 d’abril del 2009

El derecho del primer ocupante, per Miguel de Unamuno



Cuando nacisteis os encontrasteis con padres que os daban todo lo que os hacía falta: comida, vestido, casa y todas las demás cosas necesarias y hasta las no necesarias, como juguetes y diversiones de pago. No habeis tenido que ganaros nada por vosotros mismos y con vuestro trabajo, y por esto no sabéis lo que es ganaros la vida. Os habéis encontrado con que unas cosas son de unos y otras cosas son de otros, y no sabéis bien porqué las cosas son de uno y no son de otro. Todo lo que tenéis os lo han dado hecho vuestros padres o vuestros amigos, o se lo habéis trocado a estos amigos por otras cosas, y si habéis hecho vosotros con vuestras manos, es con materiales que os dieron. Y lo que compráis es con dinero que os han dado, y no con dinero que hayáis ganado.


Me figuro que al leer esto alguno de vosotros me saltará diciendo: " No, yo tengo una cosa que es mía y no me la ha dado nadie, sino que la encontré en la calle, la cogí y como no era de nadie; ahora es mía." Claro está que lo que uno encuentra y no era de nadie, o lo tiró su dueño, es del que lo encuentra. De esas cosas se dice que no son de nadie, y del que las encuentra se dice que se hace dueño de ellas poe el derecho del primer ocupante.

Cuando yo era niño como vosotros, siempre que encontrábamos algún juguete u otra cosa que podía habérsele perdido a un chico, la cogíamos y cantábamos esto:

"Una cosa me he encontrado;

Cuatro veces lo diré,

Si su dueño no aparece

Con ella me quedaré."

Y si no parecía el dueño nos quedábamos con ella. Otros, ni siquiera cantaban eso no hacían nada porque pareciese el dueño, sino que callaban, algunos sabiendo a quién se le había perdido lo que ellos encontraron. Y eso, claro está, es un robo.

Peo es que hay muchos actos, amiguitos, que no parecen robos y, sin embago, lo son, así como también hay muchas cosas que nos encontramos y decimos que no son de nadie y son de todos.

Las flores que hay en un jardín público, por ejemplo, son de todos porque el jardín se cuida y cultiva con dinero que sale de los bolsillo de todos los del pueblo y de todos los que por él pasan, y estas flores están para el recreo de todos, Y si uno va y corta una y se la lleva, hace un robo, Y si oís decir que lo que es de todos no es de nadie , esa es una barbaridad muy grande que han inventado los ladrones para robar más a su gusto.

Os digo, pues, que hay muchas cosas que los que las cogen dicen que no son de nadie y esto no es verdad, sino que son de todos. Y el derecho del primer ocupante suele ser algunas veces una cosa muy fea y que está muy mal hecha.

Figuraos que llega un chico a un paseo y se encuentra en un banco a la sombra de una acacia, y que en el banco caben tres chicos. Pero él va, y como está solo y le gusta la comodidad, en vez de sentarse se recuesta a todo lo largo del banco y se estira bien. Entonces viene otro chico y le dice que le haga sitio y se siente bien, porque también quiere sentarse. Y entonces va el primero y le contesta: "No me da la gana; haber llegado antes; yo he venido primero y el banco es mío. Si quieres sentarte, allí tienes aqul otro." Y el otro le dice: "Pero aquél está al sol, y yo quiero sentarme a la sombra." Y el otro dice: "¡Clarito!, ¡habiendo banco voy a sentarme en el suelo!... Anda, siéntate bien y hazme sitio." Y el del banco le contesta: "Ya te he dicho que no me da la gana; si quieres que te haga sitio, dame una de esas dos naranjas que llevas; si no no me encojo" Esto lo hacía el chico del banco porque creía que le podría al otro si se pusieran a reñir. Y el otro pobre iba a marcharse cuando vió venir el guarda del jardín y le amenazó al del banco con decírselo y entonces el del banco, que no era muy amigo del guarda, se levantó y se fué.
Pues bien: hay muchos así que dicen que es suyo lo que ocupan por la fuerza, porque llegaron antes.
Una cosa es ocupar algo con el trabajo, como cuando uno tiene una tierra y la labra o un violín y lo toca, y otra cosa es ocupar algo con la fuerza.
***
Ahora hablad de esto con vuestros padres y preguntádles que piensan de ello, porque es muy fácil que a vuestros padres se les ocurran otras cosas que a vosotros. Yo también tengo hijos como los tienen vuestros padres, y a mí hasta me gusta que piensen mis hijos de diferente manera que yo y les parezacan mal muchas cosas que a mí me parecen bien, porque si pensaran siempre los hijos lo mismo que sus padres, estaríamos hoy como e tiempo de Adán y Eva.
Vosotros debéis pensar de dónde os vienen las cosas que vuestros padres os dan y de dónde las sacan ellos y cómo gana su dinero vuestro padre, pues por no acostumbrarnos a pensar en eso desde muy jóvenes, nos vienen luego muchos males. Y sobre todo debéis tener en cuenta que acaso algún día, por ricos que vuestros padres sean, tendréis que ganaros la vida trabajando, y ahora os voy a decir, para acabar una cosa que otrodía explicaré más despacio, y lo que voy a deciros es que es mejor que os vivan vuestos padres hasta que hayáis acabado de aprender vuestro oficio o carrera, y os dejen en el mundo sin un cuarto, pero sabiendo trabajar y con conocimiento y carrera, a no que se os mueran ahora, cuando sois pequeños, y os dejen mucho dinero.